Hoy pasé por ese billar en el que nos conocimos.
Ese billar que llegamos a frecuentar.
Hoy pasé enfrente.
Pasé deprisa(de prisa).
Y estaba cerrado.
Desierto.
Abandonado.
Todo indica que quebró.
SE RENTA LOCAL se podía leer fría y claramente en una lona amarilla con grandes letras rojas, además de un número telefónico que no quise recordar(¿Para qué desperdiciar memoria RAM?).
Esta imagen me perturbó.
Pero...es curioso.
No te eché de menos.
No extrañé tu compañía.
Ni tu plática, siempre pausada e interesante.
No pensé en la última vez que nos vimos.
Sólo te recordé.
Y recordé esa tarde lluviosa.
Y el sonido que provocaban un montón de llantas y el asfalto mojado.
Girando y acomodadas de cuatro en cuatro.
¿Cuánto tiempo ha pasado?
Mi prisa aumentó.
Debía llegar a casa.
En el camino no dejaba de pensar.
¿Cuántotiempohapasadocuántotiempohapasadocuántotiempohapasadocuántotiempohapasadocuántotiempohapasado...?
¿5?
¿10?
¿20 años?
¿Más?
Abrí la puerta de golpe, jadeando.
No corrí al calendario.
No busqué el diario.
Corrí al espejo.
Mojé un poco mi cara, mi cabeza.
El tipo del espejo no era el mismo de aquella tarde lluviosa.
Sus ojos no eran los mismos.
No brillaban.
¿Cuánto tiempo ha pasado?
lunes, 23 de abril de 2007
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1 comentario:
Nuevo diego poeta urbano de bolsillo!!! (no incluye baterias)
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