Más que el regalo, nos gusta la anticipación.
Ese momento en el que estamos todavía sorprendidos por escuchar un "mira lo que te traje" es suficiente para soportar hasta "Las Mañanitas" de Pedro Infante.
Para soportar el Día de las Madres (o del Padre, o del Compadre) completito, con ceremonia escolar y todo.
Para soportar la envoltura ruidosa y los catorce rectangulitos de cinta adhesiva que la mantienen apretada contra la pesada y rasposa caja, que a su vez tiene diez pedacitos más que tan sólo sirven para evitar llegar al tercer nivel, el del papel de china que tiene otros 5.
Todo, porque tu abuela te pidió que no lo rompieras porque "está bien bonito". Seguramente será usado de nuevo tantas veces sin romperse que podrá ser considerado como uno de los materiales más resistentes de la tierra por nuestra descendencia. Me imagino un encabezado como "Científicos descubren el plaxmatenafibratonioxeno, un material más resitente que el titanio o el envoltonio".
Es esa anticipación, esa sensación de ser capaz de adivinar lo que hay dentro es lo que hace que los regalos valgan la pena.
Ese riesgo a que el destino decida hacernos una mala jugada y contra todas las leyes de la probabilidad, dentro haya algo que ya tenemos. O peor aún, que no nos gusta. Algo que incluso podría terminar en manos de alguien más después de una ceremonia parecida, siendo tú quien se lo regale, porque se te olvidó conseguir algo más bonito.
Ese miedo a ser grosero con quien tuvo el amable, pero irresponsable, gesto de pensar en nosotros y traernos "un detallito".
La memorización exprés del guión que sacará nuestra mejor interpretación, a la María Rojo, de alguien riendo cuando debería estar llorando.
Quienes vieron "Crónica de un Desayuno" no me dejarán mentir.
Esa emoción de que pueda llegar a ser eso que nos gustó en la tienda hace unos días, pero nos pareció muy caro.
Esa emoción de que sea algo en lo que jamás hubieramos pensado, pero está increíble.
Pero es la anticipación la que al final de cuentas hace que podamos decir "me gustan los regalos", a cualquier edad.
A la anticipación, uno de esos héroes desconocidos.
domingo, 23 de mayo de 2010
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