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Lamento mi ausencia, casi obligada.
Pero para volver, tuve que primero volver...el estómago!(guaca-guaca!...guácala!)
Y es que no pude contenerme...tenía que comprar ésta madre:
Así es, compré en el Sn. Burns, un "PICARACHO" que no es otra cosa que un "Chocolate relleno con chile sabor tamarindo"(no lo digo yo, lo dice la etiqueta), y por tres varitos...I-rre-sis-tí-ble!(y altamente posteable, que no?)
Es más, compré dos: Uno pa que no me platicaran y otro para guardarlo para que futuras generaciones se caguen de risa. Y hasta el gramaje en este chocolate es raro. ¿23 gramos?
Y bueno, el sabor es malísimo, como era de esperarse.
El Chocolate salado debe de estar entre los antojos más recurrentes de los esquizofrénicos. Comí un par de cuadritos, puse cara de fuchi, me cagué de la risa y ya.
El problema fue a la mañana siguiente, o sea, hoy...
Me aventé un numerito que seguro puso verdes de envidia a la morra del Exorcista y a la bulímica de Pérez Jilton. Digo, hasta yo estaba verde.
Después de mucho meditar, llegué al a conclusión de que el "Picaracho" en cuestión, tuvo el mismo efecto que el agua de mar al momento de llegar al estógamo...
Así es que ya saben, si lo ven, cómprenlo, rían, presúmanlo con sus amigos, hagan dibujitos del Chilito sonriente y chocolatoso en sus cuadernos...PERO NO SE LO METAN A LA BOCA!
"Dicen que la curiosidad mató al gato...lo que no dicen es que el gato se comió un chocolate relleno de chile sabor tamarindo"
3 comentarios:
Bastante larga tu ausencia.
Ja ja ja, gracias por la advertencia, ya que si yo lo hubiera visto, no dudaria en comprarlo.
Por cierto, que tal el trabajo?
Espero que muy bien. Cuidate y ya no andes comiendo cochinadas.
Por lo menos usted puede ir al baño compadre, si sabe a lo que me refiero...
No mames. A quien se le ocurre comer esa chingadera. Ojalá no tenga repercusiones en tu psique.
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